El proceso continúa en la mayoría de las ocasiones. Con este fin, contactamos a diversos arquitectos colaboradores para que valoren el proyecto y faciliten presupuestos a la Comunidad. Su visión de proyecto y sus presupuestos integran dos grandes capítulos. Primero, la obra civil, que entraña el acondicionamiento de accesos, del portal y de las escaleras al hueco en el que se ubicará el ascensor posteriormente. En segundo lugar, la instalación del propio ascensor. Por esta razón, la función del arquitecto es clave, dado que su anteproyecto puede facilitarse a diversos ascensoristas que presupuestarán únicamente la instalación del ascensor. Así, en la mayoría de los casos la Comunidad contará con dos proveedores principales para la ejecución. El contratista que realizará la obra civil, y el ascensorista. Así, dada la complejidad y la necesidad de coordinación entre diferentes organizaciones y gremios, es primordial contar con un arquitecto independiente que dirija y supervise la evolución de la obra, y garantice los resultados esperados.
Debido a lo anterior, en tercer lugar, la Comunidad ha de ponerse de acuerdo en la elección de un buen arquitecto, así como en la aprobación de los presupuestos de los diferentes contratistas y ascensoristas. Para ello, impulsamos la celebración de una Junta en la que en la que facilitamos que los vecinos valoren los diferentes aspectos de interés. En este sentido, no solo hay que fijarse en el presupuesto, sino que también debemos valorar la confianza que inspiran los proveedores, las diferentes formas de financiación y/o de pago que ofrecen, o incluso los compromisos con la fecha de inicio y la duración estimadas.
En cuarto lugar, debemos avanzar hacia la firma de un contrato de obra que regule las responsabilidades de las partes. En esta fase, la experiencia del Administrador es vital, dado que debe velar por los intereses de la Comunidad, y ser experto en aspectos tan importantes como medios de pago, penalizaciones diversas, protocolos, etc. En este momento, la colaboración del Administrador y el arquitecto supervisor de la obra se intensifican para evitar desviaciones en las diferentes restricciones del proyecto, entre las que destacan el plazo, la calidad, o el presupuesto. Así, la labor del Administrador es prever y minimizar derramas extraordinarias, garantizando el alcance y objetivos establecidos.
En quinto lugar, la financiación de la obra. Nuestra función de administración ha de garantizar una correcta provisión de fondos por parte de la Comunidad, que garantice el cumplimiento de los pagos a los proveedores. Por otra parte, este es también el momento en que el Administrador puede facilitar la presentación de documentación a las diferentes Administraciones para conseguir subvenciones[1] y/o financiación para la realización del proyecto. Es necesario conocer las ayudas particulares del municipio de pertenencia de la Comunidad, además de otras dependientes de Gobierno Vasco, como el denominado Plan Renove Rehabilitación Vivienda[2].
En sexto lugar, intermediamos con las diferentes admministraciones públicas involucradas en el proyecto. Se trata del momento adecuado para realizar la solicitud de la licencia municipal y los permisos de obra correspondientes. También es momento para informar a los vecinos sobre las condiciones particulares de su municipio. La necesidad o exención de obligación del pago de licencia, etc.
Por último, y una vez contamos con licencia municipal y el permiso de inicio de obras del Gobierno Vasco, podemos comenzar con la ejecución del proyecto. ¿Prevé una reforma en su Comunidad? Permítanos ayudarles.
Pueden contactarnos a través de los siguientes medios:
- Correo electrónico: info@sardon.es
- Teléfono: 943 336 900
[1]La solicitud de cualquier subvención implicará haber realizado con resultado positivo la Inspección Técnica del Edificio en cuestión (ITE). Pueden ampliar la información en el post nº6 de nuestro blog.
[2]Etxebide